lunes, 24 de diciembre de 2018

Mis dos mamás


Dicen que madre solo hay una, pero a mí me gusta decir que se equivocan. No me malinterpreten, no niego el reconocimiento al amor incondicional de una madre, de hecho, lo que hago es tratar de extenderlo y multiplicarlo, pues en la vida a algunos nos ha tocado la dicha de experimentar ese amor tan único en más de una persona.

Generalmente evito escribir desde una perspectiva tan personal como lo estoy haciendo ahora (o al menos lo disfrazo para que no se note que es personal ja, ja, ja), pero esta ocasión lo amerita. Quiero exponer públicamente lo agradecido que estoy con mis dos mamás: Maritza Grajeda (mi madre) y Diana García (mi hermana), ambas han dedicado su mayor esfuerzo, cada una a su manera, para que yo crezca y aprenda una gran cantidad de lecciones de vida valiosas.


Mi mamá es el ejemplo más grande que tengo de lucha, fuerza y valor, porque pudo superar ella sola todas las barreras y obstáculos que encontró en el camino, dedicó muchos años de su vida a trabajar en dos lugares al mismo tiempo para nuestro presente y futuro (un hogar de tres hermanos que siempre la esperábamos ansiosos a que volviera). Hoy en día inicia una nueva lucha, de la que estoy seguro logrará salir adelante como siempre lo supo hacer.

Mi hermana por su parte supo cuidarnos mientras esperábamos a mamá, tomó las riendas de la casa y se encargó de los dos hermanos que éramos menores que ella. Era una excelente estudiante al mismo tiempo que hacía la limpieza de la casa, cocinaba, ordenaba el desastre que nosotros hacíamos, nos aconsejaba y cuidaba. Todo esto con amor, nunca la escuché renegar por tener que jugar el papel de adulta, simplemente lo asumió y vio al frente. Definitivamente lo fuerte lo heredó de mi mamá.

Por todo lo anterior (y más), en esta navidad quiero dedicarles este pequeño poema:


Mis dos mamás

Dicen que madre solo hay una
Pero a mí me gusta contradecir
Es cierto que una me dio cuna
Pero dos me ayudaron a sonreír

Mi madre una guerrera incansable
Mi hermana ejemplo de proactividad
Una luchaba a contracorriente
Y la otra aceptaba una nueva realidad

Este privilegio no lo tienen todos
Tener en su vida a dos madres
Compartiendo en diferentes periodos
Llenando la ausencia de un padre

Mi hermana me enseñó el valor de la libertad
Mi madre me enseñó el significado de la vida
De algo negativo nadie las puede tildar
Y mucho menos provocar una herida

Cada una enfrenta sus propias batallas
Pero nunca las dejaremos solas
Cada una merece sus propias medallas
Y ni el mar podrá derribarlas con sus olas

Le agradezco a Dios por tenerlas
Y le pido estar lejos de perderlas.




 

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